sábado, diciembre 24

Para los que no estarán en casa en esta Navidad

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Los silencios como la soledad, se dan sin uno planificarlo o siquiera desearlo. Desde hace días que he estado sin nada en mi cabeza y con todo a la vez. Miles de ideas, alegres algunas, tristes otras y rabiosas también algunas de ellas, han ido y venido, pero no se han quedado. Supongo que ha de ser por las fechas que se están celebrando en este mes, especialmente la navidad, el “espíritu de navidad”, el “sentimiento de navidad” y todo eso de lo que se habla tanto por estas fechas, porque no hay lugar ni medio por el cual no se hable de esto, como el único y verdadero “sentido de la navidad”. Extraña y no menos interesante concepción de la navidad. Por un momento decidí hacer caso omiso de lo que yo siento al respecto y me he dedicado a observar en mi ciudad que es lo que sucede con al navidad. La cosas en estos días han sido iguales que en todas las grandes ciudades, un montón de personas apuradas, histéricas y de mal humor, más de lo normal a mi parecer. En medio de toda esta vorágine de adultos, han aparecido unas personitas pequeñas de miradas limpias y llenas de curiosidad y candidez, colgando del brazo de algún padre o madre, relegado al asiento trasero del automóvil, pegados a la ventana del auto bus o del tren, rogando por no ir tan rápido y solazarse, como solo ellos saben hacerlo, frente a un juguete o a la imagen de un nacimiento.Es hermoso verlos identificarse con el niño del pesebre, el único problema, es que, hay un personaje que les llama la atención y los confunde, Papá Noel, Santa o Viejito Pascuero como decimos en Chile, básicamente porque se repiten en todos lados, piden dinero o en realidad no son como ellos lo imaginan. Pero aún así olvidados por sus propios progenitores, pues esta época del año es de ellos, tocan el cielo por instantes breves, en los pocos segundos que tienen para internarse en un juguete o un pesebre y soñar con los mundos que se forman en torno al posible y deseado regalo, hasta que llega el tirón de mamá o papá para seguir caminando, bajarse del automóvil o del ómnibus y correr al ritmo de todos los padres “responsables”, que odian la navidad por el asunto de “tener que regalar algo”. A veces los niños nos miran a los adultos con un gran signo de interrogación en sus caritas, como diciendo ¿por qué estás enojado si es navidad, y tu dices que en navidad es cuando se debe estar alegre y ser buenos?...No hay respuesta para eso de parte de nosotros, solo el clásico, “es que debo hacer tantos regalos y hay tanta gente en las calles y no sé si me alcanza el dinero, además está la cena con la familia, es todo tan cansador y agobiante, que detesto la navidad”. Se nos olvidó la navidad, se nos olvidó por completo, nadie se acuerda de nada. Los pocos que hacen lo que es propio de estas fechas son cada vez menos. Recuerdo que en tiempos de mi niñez las calles se adornaban profusamente casi un mes antes de la celebración, había pesebres por todos los lugares, es más, hasta había de tamaño natural o con seres humanos y animales. Era muy hermoso impregnarse de esto durante todo un mes. La televisión y la radio hacían mención a cada instante de la navidad, la música de las propagandas de todo tipo, era con villancicos, todo un mundo lleno de magia, como es el mundo de los niños, especialmente en estas fechas. Todos nos sentíamos especiales, pues se recordaba el nacimiento de otro niño de un igual, y eso, nos daba la seguridad que esta era nuestra celebración y para ello vendrían los juguetes y ese personaje, que no es igual a como lo describen o intentan representar los adultos, sería el encargado de dejárnoslos a los pies del pesebre. Esa noche nos dormíamos con una sonrisa y escuchábamos casi dormidos ya, muy a lo lejos, el tintinear de los cascabeles del trineo mágico de el pascuero. Nuestros padres iban por la noche y nos daban un beso asegurándonos que en cuanto pasara el pascuero nos avisarían para poder verlo y pedirle el o los juguetes soñados. Nadie competía por mostrar el regalo más caro, los padres no se preocupaban de tener la cena más fastuosa ni haber regalado lo más caro y exclusivo, para ufanarse de ellos frente a los otros adultos. Era importante estar en casa, con todos los tuyos viviendo estos momentos mágicos, comiendo golosinas y dulces que en otras épocas del año estaban un poco más prohibidos. La navidad era la celebración de la NATIVIDAD de Jesucristo, la llegada a este mundo de un niño especial, como lo son todos para sus padres, la llegada de un regalo de Dios. No se competía por nada, era de mal gusto, había más pesebres que ramas mutiladas, de algún pino inocente, adornada con luces y colgajos. En algunas casas de mi barrio se adornaban los árboles autóctonos y era el pesebre el lugar de reunión, no la TV u otro lugar sin sentido. La magia de la navidad lo invadía todo, y al día siguiente no se mostraban los juguetes, se compartían y se creaban nuevos juegos y se hacían nuevos amigos. Hoy por la tarde en toda la ciudad, las personas luchaban por comprar los presentes, hacían denodados esfuerzos por comprar lo top, lo mas de moda, mas que para regalarlo, para cumplir con lo que todo los publicistas y nosotros mismos nos hemos convencido, comprar para demostrar que somos exitosos, comprar para quedar bien no con sus niños y familia, sino con los demás, que todos queden admirados y ojala envidiosos de nuestra capacidad económica. Que tristeza más grande ver la carita desconcertada de los niños, por la histeria, neurastenia y mal humor que esto provoca en los adultos. A todos se les olvidó que esta fecha es de ellos y no una fecha para demostrar lo capaces y por lo mismo admirables personas que somos no importando a que costo. Después de ver esto decidí venirme a mi casa, para llamar temprano a los que quiero y desearles felices fiestas. Bajé al metro y la cajera mientras me vendía el ticket hablaba emocionada por teléfono con su hijo y le prometía que llegaría a tiempo a casa. Esta situación me hizo pensar en algo que casi nadie toma en cuenta hoy en día, es decir, la gran cantidad de personas que no estarán en casa para celebrar la navidad con los suyos, y son estas personas, las que sin duda valoran y ven la navidad con el verdadero sentido que tiene, porque ellas están a esa hora en un hospital, un departamento de bomberos, una estación de policía, un avión, un barco en medio de la mar océano, un recinto militar, un ómnibus, un tren, un metro subterráneo, un hotel, un aeropuerto, una fábrica, una mina, una cárcel, un asilo, etc., trabajando para hacer un poco mas segura y llevadera la vida de los demás, a costa de su sacrificio, del no poder estar con sus hijos y familia. Estas personas si sienten el verdadero valor de la navidad, así es que, para ellos, para todos los que no estarán con su familia en esta noche, una muy feliz navidad, pues no están solos, acaba de nacer un niño que les alegrará el corazón y como el de estás personas está con los suyos, estarán en su hogar, porque Hogar, es donde tienes tu corazón. Que la paz sea en nuestros corazones, para que haya verdadera paz en el mundo.

sábado, diciembre 3

Ochenta y cinco giros de promedio

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Me he quedado solo estos últimos días, “las musas se han apartado de mí, andarán de vacaciones”, como dice el gran Joan Manuel Serrat.
También hay una frase del gran literato uruguayo Benedetti, “a veces se está solo, a pesar de estar entre miles”.
Sirve para muchas cosas el pasar estos largos momentos de soledad, entre otras saber quienes están cerca de uno, comprobar cuales son los amigos de verdad, esos que uno no llama cuando está triste, vienen solitos, esos que no te dan consejos, actúan, te ayudan con actos a pasar el mal momento y después te abrazan con una mirada o con el gesto en sí. Como es archisabido, son pocos, caben en los dedos de la mano.
Una soledad bien manejada es muy saludable y también te puede llenar de alegría, porque ves que en realidad no estás solo, muy por el contrario, hay todo un universo que nos acompaña, al que miramos a cada instante pero que no vemos, el cual se regala generoso a pesar de nuestra indolente actitud de indiferencia, que no es por justificar, pero tiene una simple y clara explicación, es la resultante del pentotal electrónico social, al que nos vemos expuestos todos los días y a cada instante, con nuestro mas explícito, cómodo y despreocupado consentimiento.
Durante estos días, después de haber estado por algunos momentos con una amiga y un amigo de verdad, desconecte mi atención de todo lo rutinario, incluidos algunos problemas que hacían la mochila mas pesada de lo normal, los dejé de lado y me dediqué solo a estar, para que las imágenes y pensamientos mas diversos pasaran por mi libremente, también las sensaciones y sentimientos que esto conlleva. Parecía que la mochila de problemas y situaciones desagradables se hacía mas y mas pesada, inaguantable por momentos, produciendo esa sensación de molestia y de dejarse abatir al mismo tiempo, lo que hace que uno termine irascible y cansado mental y físicamente. Después de esas sensaciones, viene una serenidad muy profunda y el cansancio se refleja en cada parpadeo, se siente el cuerpo como hoja seca en otoño, de esas que uno pisa y se resquebrajan en miles de fragmentos.
El sol atravesando el follaje de los árboles me distrajo y me tranquilizó extrañamente, para luego sentir el cansancio diferente, igual al que sentimos después de una sesión en el gimnasio, ese que es acompañado con un sutil calorcillo que va en aumento y te energiza.
Es ahí cuando te das cuenta, en sentido figurado, que tus espaldas han crecido, estás mas ancho de hombros y al caminar tus brazos y piernas parecen más fuertes, siente un vigor inusitado y una serenísima paz que te invade totalmente, haciendo que aparezca ese entorno natural que se te regala a borbotones como una vertiente de agua pura y cristalina. Es verdad que no haz solucionado ningún problema, pero la perspectiva y las soluciones que se te vienen son impresionantemente efectivas y el alma te sonríe, exactamente igual a como lo hace cuando pasas un entrenamiento o una prueba muy difícil con éxito, siendo los resultados, de esta experiencia tan agobiante, una nueva herramienta para tu quehacer diario y tu manera de ver la vida en general.
Es tan así, que parece un despertar, un volver de la somnolencia que te produce la anestesia, solo que esta anestesia, es la manera de ver y vivir la vida hasta ese momento. Tampoco es una autosugestión, o sentirse vencedor en una guerra privada entre uno y el mundo, o que todo está bien por arte de magia. Por el contrario, es despertar, es estar atento a todo, en especial sobre lo que antes era común y pasaba inadvertido, la vida en todo su esplendor, que generosa se muestra en los amaneceres, los medio días, el calor del verano que se avecina, los atardeceres, las noches frescas, el reflejo de lo que sucedió hace cuatro o cinco años luz atrás (o adelante) en las estrellas más cercanas a la tierra, al ver en el cielo nocturno su luz titilar al viajar hacia nosotros, la risa del agua en una fuente, los besos frescos que te da la brisa, etc.
Es inevitable el sentirse afortunado y no es un conformismo autosugestivo, porque la naturaleza ES, y eso no lo podemos cambiar, así es que, querámoslo o no, somos parte de ella, como ella es parte nuestra.
Cuando esta verdad nos invade, todo lo que hemos inventado, hecho o creado para vivir en este sistema social, no pasa de ser una herramienta, que bien usada nos ayuda a darnos tiempo para nosotros y palpar todo esto con mayor claridad, permitiéndonos, si no nos sumergimos en este modo de vivir artificial, admirar y sentir lo verdadero, lo real y trascendente, diluyendo este pentotal que dejamos que nos corroa e invada SIEMPRE, circunscribiéndonos a un tipo de mundo falso y nocivo, coartándonos toda posibilidad de vida auténtica y libre, como nuestro albedrío.
Después de esta vivencia, uno está tan despierto que se da cuenta que no está solo, la vida en sí misma te llena y te cobija, te hace entender en donde estás, que pequeño eres como ser, pero también cuan único y maravilloso, porque eres parte de un todo y uno, en si mismo es un todo, un universo, con átomos como sistemas solares, células como galaxias, brillo en tus ojos como soles, sangre en tus venas como agua en los ríos, músculos como lomas y montañas, cabellos como césped de la sabana, corazón palpitando como volcán, todo esto y mucho mas concentrado en un pequeñito ser, que habita en un planeta azul, brillante y frágil, que gira alrededor de una estrellita llamada Sol, en la cola de una pequeña galaxia llamada Vía Láctea. Un ser que vive en este estado, un promedio de a penas 85 giros de su planetita al rededor de su estrella, es decir, en el espacio tiempo del universo, es como la fracción de segundos que brilla una chispa en el aire, al saltar de una fogata.
No se puede perder este tiempo valioso en estado de ser humano, con envidias, guerras, hambre de un poder efímero y por lo tanto inexistente, esclavos de nuestras invenciones materiales, cuando en realidad hay tanto que descubrir, aprender y sentir, tantas cosas realmente importantes y valiosas, en lugar de hacernos a nosotros mismos y los demás la vida miserable y llena de problemas, mal usando nuestro gran tesoro, la existencia como ser humano.
VIVAMOS no nos adormilemos con lo que hemos inventado para nuestro bienestar, al terminar esclavos de estas invenciones, léase sistemas económicos, tecnología de punta dañina, éxito económico sin una base sólida, sacrificándo nuestros recursos naturales y a nosotros para lograr que funcionen, y ser, autoindulgentes con nosotros y el segmento social en el que nos encontramos, ya sea como países o personas. En esto no hay éxito, no hay bondad, no hay nada bueno ni belleza de ningún tipo ni menos proyección de vida verdadera y real.
A modo de ejemplo, si miramos el galope de un caballo o el vuelo de una ave, son perfectos, tanto, que ni el mejor ni el más caro de los automóviles o aviones, podrá jamás igualarlo ni menos superarlo, entonces, ¿por qué flagelarse tratando de obtener los recursos económicos, o abusando de uno mismo y los demás para obtener estas futilidades haciendo aún más inútil todo el esfuerzo empeñado?, especialmente sin siquiera disfrutar de la comodidad que nos pueden brindar, sino usarlos como un instrumento para ufanarnos frente a nuestros vecinos o los que se hacen llamar nuestros amigos.
No olvidemos que son solo 85 giros de promedio alrededor del Sol, no los desperdiciemos y demos el verdadero sentido a la palabra vivir, aprovechando al máximo nuestro tiempo en este lugar, porque 85 giros de promedio, es menos que un parpadeo del universo.

lunes, noviembre 21

Un Amor Urbano

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Es lunes por la mañana, toda la ciudad está somnolienta y dispuesta para el trabajo, de malas ganas y ya estresados a las 08:00 de la mañana, como para no creerlo. El comentario en boca de todos es el calor que se pronostica para el día de hoy, añorando algunas y algunos un poco de lluvia. No lo puedo entender, porque una de las características de Santiago de Chile, en invierno, son sus inundaciones, aunque la lluvia no haya sido mucha. Nos llaman el tigre de Sudamérica por el manejo aceptable de nuestra economía, pero en días de invierno, no somos más que un gato mojado del más pobre de los zaguanes.
El metro, atiborrado de pasajeros, corre raudo por el túnel bajo la alameda, nuestra principal avenida, y un viento semi tibio entra a raudales por la ventilación de los vagones. A mi lado una mujer de edad indescifrable, debe de estar entre los 25 y los 35 años, no se mueve de la entrada del vagón mirando con interés hacia la estación que acabamos de llegar. Entre el grupo que aborda el vagón, busca a alguien, recorriendo con la mirada cada uno de los rostros con mucho afán, hasta hacer una sutil mueca casi imperceptible, porque no encontró a quien esperaba. Con decepción, cubierta de seriedad, camina por el pasillo para ubicarse en una posición más cómoda y no interrumpir el paso de los demás pasajeros cuando salgan. Baja la mirada y se sumerge en la pantalla de su teléfono móvil, seguramente buscando el número de quien la dejó esperando. La observo con detenimiento por entre sus cabellos castaños y sus ojos ya no están serios, por el contrario, están tristes y vidriosos por causa de un par de lágrimas que pugnan por salir de ellos. No deja de entristecerme su mirada cabizbaja y le cedo mi asiento. Extrañada me mira y reacciona agradeciéndome el gesto, le sonrío sin decir palabra, mientras llegamos a la siguiente estación. Nuevamente, pero sin tanto ímpetu, mira hacia la puerta del vagón con algo de esperanza que se transforma en desolación.
El metro continúa su marcha y yo me afirmo en una barra para poder abrir mi libro de antología poética chilena. Una selección de poemas de diferentes autores nacionales, especialmente dedicada al sentimiento que hace posible nuestra existencia, el amor.
La mujer tiene una mirada penetrante, pues se enjugó sus lágrimas y detuvo su mirada en la tapa de mi libro, mirándome por primera vez directamente. Un poco azorado, volví a mi lectura de este poema de Pablo Neruda, que a continuación transcribo, en donde el poeta describe como se ve a la mujer que se ama:

ANGELA ADONICA
(Pablo Neruda Chile)

Hoy me he tendido junto a una joven pura
como a la orilla de un océano blanco,
como en el centro de una ardiente estrella
de lento espacio.
De su mirada largamente verde
la luz caía como un agua seca,
en transparentes y profundos círculos
de fresca fuerza.
Su pecho como un fuego de dos llamas
ardía en dos regiones levantado,
y en doble río llegaba a sus pies,
grandes y claros.
Un clima de oro maduraba apenas
las diurnas longitudes de su cuerpo
llenándolo de frutas extendidas
y oculto fuego.

Este poema me emociona, me encandila el alma como toda expresión artística verdadera, aflorando en mi una sonrisa y ese escalofrío que recorre la espalda con agrado extremo, lo que a veces se nota, porque ella al bajar en la misma estación, me mira y me dice:
“te emociona la poesía de amor ¿ah?, pero es una lástima que el amor asi como en los poemas, no exista”, fue de manera tan amarga y convincente, que parecía dolerle a ella misma la seguridad con que lo afirma. Me entristeció ese comentario y actitud tan agrio y áspero, que me detuve por unos instantes, sin articular palabra. Fue un certero golpe a mis sentires y como se diría en este mundo moderno y lógico, me puso los pies en la tierra nuevamente.
Ella caminó unos metros y giró su mirada hacia mí con aire tristemente triunfalista, así se podía sentir en su gesto, lo que me hizo reaccionar y continuar caminando después de estos extraños segundos.
Medio le sonreí y levanté hombros y cejas al unísono, expresando con este gesto un “si tú lo dices así será”, justo en el instante en que un hombre la toma de la mano y la mira directo a los ojos, ella se abalanza a sus brazos extendidos y lo llena de miradas y caricias, cerrando dulcemente los ojos en un abrazo cálido. Por dentro me sonrío y los observo mientras paso por el lado y cuando me he alejado unos pasos, ella abre sus ojos y me mira feliz, radiante, sumergida en los hombros de el, abriendo aún mas sus ojos me guiña uno y asiente sutilmente, como retractándose de lo que había dicho.
Ahora me río a carcajadas, de felicidad por ellos y porque si es real emocionarse, si es real el amor de verdad y a pesar de lo que hagamos para superponer otras cosas por sobre este sentimiento, de igual manera aflora en los lugares y las horas más inesperadas.
Vale la pena esperar, de eso no hay duda. Solo hay que tener agallas para dejar salir el verdadero amor que todos traemos y que ocultamos por miedo a ser débiles, en circunstancias que, justamente eso es lo que nos debilita, el ocultar esta fuerza vital que vive en todos nosotros.-

sábado, noviembre 19

Polvo de Estrellas

El sol y los días despejados de primavera, pintan de diferente manera los entornos y a las personas, mostrando la vida en su máximo esplendor. Aún así no nos damos por enterados que somos polvo de estrellas, o al menos así lo publicaron algunos científicos. Ellos dicen que la misma materia que tenemos en nuestros huesos la podemos encontrar en la cola de un cometa, y que la energía que nos mueve, es la misma que hace girar al universo. (Sería muy comprometedor o de bajo nivel intelectual decir alma o espíritu).
Me pregunto si no lo habían “sentido” antes, pues los artistas en sus mas profundas expresiones después de la visita de sus musas, lo vienen diciendo desde tiempos inmemoriales, sin necesidad de la nueva inquisición llamada ciencia. Torquemada y los demás religiosos que participaron en “El Santo Oficio” (Padre, perdónalos porque no supieron ni saben lo que hacen), deben haber experimentado al mismo cosquilleo de satisfacción, que sienten estos nuevos inquisidores, no con sotanas, sino blandiendo sus instrumentos y libros de investigación frente a todo el mundo, que sumiso les rinde honores y en donde nadie se atreve a rebatirles y pasar por ingénuo o ignorante, cuando ellos dictaminan que no hay vida en otros lugares del universo, que el alma y el espíritu o la vida después del cuerpo no es posible, que Dios no es “comprobable”, que Jesúcristo es prácticamente un invento y muchas otras “verdades científicas” mas.
Pobre del que se atreva a sugerir este tipo de cosas, relacionadas con la Fe, Dios o la vida espiritual, y que no se comprueban científicamente, porque se gana las penas del infierno, por ser un pobre tipo ignorante, y tener la cabeza llena de pajaritos. De inmediato queda relegado a la hoguera a donde vamos a parar todos estos nuevos herejes, que nos damos permiso de sentir, palpar y unirnos a Dios y la naturaleza.
Tampoco las iglesias de cualquier religión nos ayudan mucho. Si uno piensa por si mismo, se está alejando de sus dogmas de fe y sus fundamentalismos, tales como, el donarles dinero, inmolarse para así asesinar a sus semejantes en nombre de su Dios que jamás lo ha pedido, ni menos ofrecido siete vírgenes en un paraíso si lo hacemos, (luego es un Dios machista), usar sus colegios para educar a los niños pues estarán seguros, claro que, si hay un sacerdote o monje pedófilo es parte del riesgo y hasta capaz que se diga que es una prueba enviada por nuestro Dios, estigmatizar a los que no son de nuestra fe y verlos como nuestros enemigos, no someternos a sus dictámenes que según ellos son designios de Dios y por lo tanto, estamos también alejándonos de EL.
Así es que, de inmediato nos hacen saber, que nos hemos transformado en personas indignas del amor de nuestro Dios, según ellos, quemádonos en la hoguera de la excomunión y por último el destierro social de la comunidad religiosa a la que hayamos asistido, sutilmente por supuesto, sin mucho ruido.
Les es mas importante a estos líderes religiosos, mantenernos dentro de sus dogmas y fundamentalismos, por sobre el hecho de que nos queramos acercar a Dios, quien pasa a un segundo o tercer plano. No es menos cierto que ellos siempre hablan del amor a Dios, el amor a nuestros hermanos y del amor en general, pero solo hablan, no practican esta fuerza que mueve al mundo y que nos ha salvado un millar de veces.
En todo caso, creo que si tienen amor, amor a sus bombas, a sus armas, a sus basílicas, a sus bancos, a sus posesiones de cualquier índole, a someter a las mujeres y relegarlas a un tercer o cuarto plano cubriéndolas de normas y estigmas, a no dejarlas ser sacerdotes, a marcarlas como el elemento desestabilizador de la sociedad y así, mucho amor a muchas mas cosas y visiones sesgadas, por el afán de dominación mediante la ignorancia y la avaricia por el poder.
Sin ánimo de justificar, no se les puede pedir mas, son solo humanos, tan humanos como nosotros mismos, tan débiles como nosotros mismos y caen subyugados ante el poder de sus investiduras.
Siempre hay, en todo caso, en medio de la masa de seguidores y apóstoles, aquellos que mantienen viva la esperanza, los que se dan por entero a sus fieles, normalmente en esos poblados remotos en medio de ninguna parte, en las tiendas del desierto que nadie ve, en las capillas de los barrios mas desamparados de las grandes ciudades, en las misiones en medio de la guerra y en cualquier lugar que no sea el de moda o el más top.
Mientras haya personas así, aun hay esperanzas. Lo digo, porque hoy vi un ejemplo de esto. Un muchacho devoto de una religión oriental, puso en riesgo su integridad en medio del tránsito vertiginoso de la principal avenida de la ciudad, al ayudar a un pordiosero mal oliente, ebrio y desagradecido, a ponerse a salvo de los automóviles, el cual le manchó su turbante con la saliva que escupió al gritarle su rabia con el mundo y la vida, la que fue respondido por el muchacho con un gesto de genuina comprensión.
Nadie se dio por enterado, todos siguieron en sus compras o alejándose del pordiosero, que se parapeto bajo una vitrina a mirar el noticiario internacional, el cual si suscitaba la atención de la gran mayoría, con noticias sobre el último coche bomba en Bagdad, el alza o baja de la bolsa de valores, la última declaración del o la artista del momento, las encuestas políticas y lo que se llevará esta temporada primavera verano.
A veces EL (Dios) nos muestra su rostro sonriente, cara a cara, y nosotros lo miramos pero no nos permitimos verlo.
Padre perdónanos, porque no tenemos ni la mas remota idea de lo que hacemos.

sábado, noviembre 12

Collage Hispano Sudaca parte II (El contraste)

Hoy cerca del medio día, me fui por la peatonal Ahumada hasta llegar a la Plaza de Armas, la más importante de mi ciudad. Como todo sábado estaba atiborrada de gente, pero era un tipo distinto de personas, había casi un ambiente de familia por la gran cantidad de padres con sus hijos paseando y disfrutando de los agradables 22ºC de temperatura ambiente.
Había como siempre, música emitida por diferentes grupos, la que se entremezclaba sin posibilidad de distinguir la una de la otra y los chicos y chicas dedicados a su arte de esculturas vivientes, que se quedan inmóviles hasta que escuchan el tintineo de una moneda, que los hace moverse por algunos segundos, volviendo a quedar petrificados hasta la próxima donación. Del mercadeo de cosas no había nada, solo estaban las personas que trabajan toda la semana y que ahora paseaban como habitantes relajados, sin estar enfundados en trajes acordes a sus labores y nerviosos o impacientes, como en los días laborales de semana.
Todos estaban dedicados a compartir el mediodía primaveral con sus familias o amigos, haciendo que esta peatonal luciera y se sintiera diferente.
Los turistas caminaban despreocupados, como eximios conocedores del área y se dirigían a la plaza al igual que yo. En los cafés que la rodean, se atrincheraban los más acalorados y las familias que decidieron almorzar.
También había pintores que exhiben y venden sus obras, algunas muy interesantes y otras, copias de fotografías u obras famosas, que reflejan solo la necesidad de tener algo para vender, sin el más mínimo asomo de expresión artística.
Grupos apoyando a políticos, a partidos u organizaciones políticas, tampoco son tomados en cuenta por los paseantes, todos pasan de largo sin siquiera mirarlos.
Es impresionante la mutación que se aprecia en todas las personas, entre un día laboral y el fin de semana. Hemos emergido, ya no somos la masa tercermundista que produce y mueve al país de manera ídem, somos personas individuales, con gustos, anhelos y deseos diferentes. La masa laboral que compra chatarra tecnológíca de punta, ha mutado, se transformó en una sociedad de personas, de individuos únicos e irrepetibles. Pareciera ser que estamos despiertos, mas alertas a lo que es realmente trascendente, tales como, el entorno, la música, nuestras familias, nuestros amigos e inclusos los desconocidos que comparten este lugar. Hay más sonrisas en los rostros a menudo adustos y de mirada perdida en el suelo o hacia ninguna parte que no sea nuestras metas y exigencias laborales del día, durante la semana laboral. La conversación es de temas diferentes, nada de trabajo, dinero o cuentas por pagar. Acabamos de hacernos parte del mundo, no del tercero, el segundo o el inefable primer mundo, sino del Mundo, el real, el de todos, el que hay que cuidar y no esconderlo o sumergirlo de lunes a viernes. Parecemos gentes mas maduras, mas grandes, mas crecidas desde dentro, sin necesidad de nada que no sea nuestra conciencia de ser, el vernos reflejados en los demás y ellos en nosotros, con nuestras pequeñas diferencias que nos hacen mas interesantes los unos a los otros.
Que hermoso es ver y reconocer a los verdaderos nosotros, no a esa imagen que armamos a diario y que nos hace perder el respeto por los demás y por consiguiente por nosotros mismos. Este, si es el primer mundo, el verdadero mundo desarrollado, en donde no necesitamos tecnología de punta innecesaria, o falsos éxitos socioeconómicos; sino el reconocernos bajo los verdaderos parámetros de dignidad y respeto por nosotros y por los demás, incluidos aquellos que están dormidos por el mercantilismo barato, el engaño con rostro de habilidad y la prepotencia y agresividad disfrazada de inteligencia.
Hacer del lugar que habitamos o compartimos, un espacio sereno limpio y agradable, ser capaz de entender a aquel que no puede o no quiere asumir una conducta, que no sea bajo estos falsos parámetros del “mundo moderno”, no discriminar peyorativamente por raza, color de piel, religión o nivel educacional, entender que aquí nadie sobra, que todos somos necesarios y nos merecemos estar aquí y aportar todo lo que tenemos, nuestras capacidades intelectuales y espirituales, asumir que la misma consideración y respeto se merece el que trabaja y el que genera el trabajo, porque ambos antes que todo, son personas con iguales necesidades sueños, esperanzas, dolores y alegrías, nos hace ver y asumir, el verdadero y auténtico primer mundo.
Solo así podremos sentir nuestras raíces comunes y hacernos fuertes, no como un roble que parece serlo, pero que una tormenta o una inundación lo arrancan de raíz, sino como un junco, que va y viene con cada embate sin perder su fortaleza, sin ser eliminado de cuajo.
No podemos dejarnos abatir por los embates de la soberbia y la prepotencia, que nace de los falsos parámetros de éxito (casi siempre económicos), que tanto abundan y que nos obligan a reventarnos como personas y como sociedad, en una lucha cuerpo a cuerpo por lograr metas económicas y materiales, que finalmente siempre estamos renovando cada cierto tiempo dejándonos un vacío enorme que nos consume y nos degrada.
Así, ser hispano o sudaca, no tendrá ninguna connotación. Solo se validará en aquellos que están enceguecidos por este invento de sociedad, que los tiene consumidos en una carrera contra el tiempo y contra la vida misma, en su mas pura y genuina expresión.
Necesitamos contrastarnos, volver a esos valores primigéneos y reflejarlos en lo moderno, para así restaurar este mundo único y real que escondemos todos los días. De esta forma, nos prodigaremos una verdadera calidad de vida, basada en nuestras sensaciones y sentimientos mas puros y profundos, igual como cuando eramos niños.
Un hombre alcanza su mayor madurez, cuando recupera la seriedad que tenía para jugar, siendo niño”. (F. Nietzache)

miércoles, noviembre 9

Collage Hispano Sudaca


Caminando por la peatonal Ahumada del centro de Santiago de Chile, hay todo un universo que nos delata, en nuestra más pura expresión, como sociedad y como país. Así somos, así nos gusta, como dice un comercial de cerveza nacional.
Están los titiriteros, los músicos y los predicadores de alguna religión. Todos tienen su horario y su espacio bien demarcado. Los turistas nacionales y extranjeros se van deteniendo paso a paso para observar cada una de estas expresiones de la cultura urbana chilena.
No es novedad que haya personas dedicadas a esto, los hay en todas partes, en la Place Pigalle de París, en Central Park o cualquier plaza del bendito Manhatan, en Picadilly de Londres o en alguna de las ramblas de Barcelona o Montevideo. Muy entretenido sin duda y de gran interés para uno mismo que es parte de esta sociedad emergente, pero, que se queda, se queda atrás, pegada en la raíz misma de la conciencia de ser tercermundista o “sudaca”, o “hispano” como nos llaman en los Estados Unidos de Norteamérica casi con compasión, aunque las policías y los aparatos del estado norteamericano no sean precisamente benevolentes, con nuestros congéneres de esta especie de sub-raza tercermundista, en la que nos encasillan a todos los que vivimos al sur de su límite con México.
Volviendo al paseo Ahumada de Santiago, casi les encuentro razón en llamarnos así, porque una cosa es el collage de cultura urbana que mostramos y otra muy distinta, es el tercermundismo en su máxima expresión.

Dos europeos están atónitos viendo como un ejemplar del poeta Pablo Neruda se vende más barato que en cualquier librería, tanto que uno le dice al otro, tal vez es usado el libro, por eso la diferencia y el otro un poco más suspicaz le responde, no creo porque está sellado, nuevo, yo creo que es robado, pero si así fuera, la policía los arrestaría, o no se atreverían a ofrecerlo tan explícitamente ¿no crees? .

Hablan en voz alta, seguros de que nadie entiende su inglés. Se deciden y lo compran, pues en la librería cuesta casi U$ 35ºº y el improvisado vendedor se los ofrece a solo U$ 6ºº. Se sienten audaces y lo guardan rápidamente como si fuera una mercancía en extremo ilegal. Esto los hace ser más “osados” y se dan cuenta que la lado hay un DVD de un film de estreno mundial de hace menos de un mes, también está muy barato, no mas de U$ 3ºº que también compran, ¡si es una ganga!, le dice uno al otro. Se ríen entre asustados y extrañados, uno de ellos dice, al fin podré leer a Neruda en su idioma y abre el libro. Es una excelente compilación de los poemas más conocidos del poeta, en una edición especial del aniversario de sus 100 años de nacimiento.

A medida que avanza por sus páginas comienza a darse cuenta que no están bien encuadernado y que faltan algunos fragmentos, porque la impresión está totalmente descuadrada respecto del papel, lo que lo molesta mucho y decide ir a reclamar al vendedor ambulante, pero su compañero lo calma y riendo le dice, ¿y que esperabas por seis dólares?, estás en el "tercer mundo" y geográficamente en el culo de el. Justo en ese momento, un músico que rasgó una guitarra desafinada por algunos instantes, se acerca para solicitar un “dinero solidario” a cambio del ruido que hizo con el pobre instrumento, sin que nadie lo escuchara ni menos le pidiera su "música".

Nuestros visitantes le dejan caer unos U$ 0,30 centavos de dólar en moneda chilena, para sacárselo de encima. El café se les enfrió, se hizo intomable, los dos turistas se pararon y decidieron irse, refugiarse en su hotel, mascullando una expresión poco ortodoxa en su idioma natal por esta aventura bizarra para ellos, mientras en la vitrina de una multitienda, a todo volúmen, ofrecen celulares de última generación, con conexión a Internet, cámara fotográfica y reproductor de música en MP3, la última tecnología para la “mujer y el hombre de hoy”, dice el altoparlante, lo que es recalcado en el noticiero de la tarde, a través la pantalla de plasma que está la lado, con las declaraciones de un político presidencialista, que nos ubica “a las puertas del primer mundo”. (Jamás he podido saber a ciencia cierta, cuál es el "segundo mundo").

Los dos turistas ya se han perdido en medio de los peatones y ahora la música ambiental ( ¡siii, asi es!, han tenido la genial idea de poner música "ambiental", en las peatonales del centro de esta ciudad) gentileza de la Ilustre Municipalidad de Santiago Centro, es interrumpida para recordar a los peatones que no deben cruzar con el semáforo en rojo al llegar a la esquina, pero todos van tan apurados, que no oyen, prefieren disfrutar del helado químico que McDonald ofrece por solo U$ 0,15 centavos y botar los envoltorios al piso y no dentro del papelero que esta al lado para tales efectos.

No hay nada que nos pueda reflejar de mejor manera, así somos y parece que así nos gusta.
(Continuará).

jueves, noviembre 3

Ires y Venires

Siempre que despierto o me acuesto, siento el inexorable paso del "tiempo", se fue un día mas u otro día comienza.
Vidrio, metal, cuero en un aparato de algún derivado del plástico nos tiene atrapados. Si, porque medimos eso que llamamos "tiempo" con estas maquinitas. Es necesario hacerlo o te quedaste fuera, no podrás ser parte de este sistema. Solo que, el costo es la agobiante sensación de haber gastado mis horas impunemente.
Me pregunto, como puedo gastar algo que no existe, no será que, el único gasto está en las neuronas de mi cerebro al vivir de este modo, creyendo que mido el ir e venir del planeta alrededor del Sol, luego lo controlo de algún modo, y si lo mido y controlo, tengo el control de mi entorno, mi vida y mi quehacer por lo tanto de mi mismo. Que maravilloso. Todo lo esencial de la vida lo tengo, claro, preciso y de la manera correcta. Estoy absolutamente aterrizado, con las riendas de mi vida bien firmes y voy por el camino correcto, según toda la sociedad me lo hace notar.
Antoine de Saint-Exupéry está equivocado, rotundamente errado; todo lo esencial, si es visible a los ojos. Lo que afirma en su libro "El Principito", "Lo esencial es invisible a los ojos", en nuestro mundo de hoy no es así. Todo está bajo control, por supuesto todo lo importante, mi reunión, la cita de negocios, mi meta de producción para el día, el depósito en la tarjeta, etc. Mis congéneres de esta sociedad, al igual que yo, se ufanan de estar en las mismas condiciones, todo medido, todo controlado, muy alertas a estas cosas que son lo verdaderamente importante en la vida.
Pero hay algo que me tiene intranquilo, cuantos pueden decir ¿que ropa llevaba hoy esa persona que queremos? ¿Cómo era su sonrisa? ¿Cómo se veía el sol al amanecer tras la montaña? ¿Nos hemos percatado que ha llegando la primavera, porque hay algunos árboles flores en sus ramas? ¿Acaso fue mi primer pensamiento al despertar, en que tibio y agradable estaría el día? ¿Cómo fue mi saludo al llegar al trabajo? con una sonrisa, un balbuceo (apuesto a que fue así) o no saludé, solo hice un gesto.
Por esto puedo decir con certeza que, lo esencial continúa siendo invisible a los ojos, nuestras sensaciones respecto de lo que nos rodea cada vez las anulamos más y más, tal vez porque estas no se pueden medir con maquinitas, no tienen horas, minutos, segundos, es decir, no tienen "tiempo", no se controlan. Si porque, aunque no las queramos asimilar, para no desviarnos de este "mundo real", este de las responsabilidades, el trabajo, los tiempos para almorzar, reunirnos, etc., brotan de igual manera, y eso, es lo que nos hace seguir con nuestro mundillo inventado de falsa trascendencia.
Me encanta el postre de arroz con leche, así es que, iré a disfrutar de uno, mirando hacia la cálida noche de Santiago de Chile, que esta vez, no fue capaz de atraparme en su vorágine sin sentido. En la reunión se quedaron estupefactos porque estuve felizmente sereno, por haberme dado un tiempo para lo esencial, eso que se ve con el corazón y se siente con el alma, el ir y venir de la vida en si misma, el don que se nos da y muestra a raudales, este don que percibimos siempre, pero que sistemática y tontamente nos negamos a sentir.- Dejé de ser ese bichito que nace en la mañana y muere al atardecer sin saber el significado de la palabra noche.

martes, noviembre 1

Obnubilados por el INTELECTO

Me encontré con un párrafo que quiero compartir, es como una luz en medio de la neblina cotidiana.

"Hay personas cuyo intelecto tiende sobre todo a considerar, las interdependencias y acciones meramente mecánicas; se imaginan al universo en su conjunto como si fuera un mecanismo. Otros se sienten impelidos a percibir por doquier el elemento místico y secreto del mundo exterior y se hacen partidarios del misticismo. Pero todo error surge porque una forma de pensar concreta, plenamente adecuada para un tipo de objetos, se considera universal, aplicable a todas las esferas." (*)

Me atrapó esta concepción, es tan clara y aplicable a nuestro moderno modo de actuar.
Hoy en día más que nunca, parecemos estar en una correa sin fin de una gran fábrica. Nos hemos mecanizado tanto, que hasta nuestro pensamiento es estándar, mismos patrones de análisis para todo lo que nos concierne, no variamos un ápice los parámetros si estamos analizando una cosa, una situación o a otra persona. Nuestra manera de pensar es la misma en casi todos nosotros y para todo.
Teorizamos, y nos dejamos atrapar en las redes del intelecto sin darnos cuenta que esto, es lo que nos hace rechazar o ver una coherencia, que no es tal, en los fenómenos que nos rodean, creyéndonos libres pensadores y lo mas patético, seres humanos libres.
Es verdad lo que dicen los pensadores, parte de ser virtuoso, es mediante el conocimiento, luego eso nos hace libres y llegamos al fin último de ser, la felicidad.
El problema es que todo esto se nos está borrando, lo estamos eliminando de nuestro pensar y nuestro sentir. Toda esta raíz de lo que es realmente trascendente subyace hoy en día, frente al pensar mecanicista y estándar. El amor en todas sus facetas, la compasión, la fe, en si mismo o en algo, todo lo insertamos dentro de los parámetros intelectuales (científicos), si no es comprobable no existe y viene de inmediato la negación inquisidora.
Estamos entrenándonos para deshumanizarnos y perecer como máquinas viejas, al final de nuestros días. No valorizamos el don de la experiencia, el de pensar y el de observar. Dejar que el mundo que nos rodea, se muestre tal cual es, que nos hable desde su propia perspectiva de existencia.
Muchos que han decidido tomar un camino religioso o místico, se transforman en repetidores de dogmas y adictos a la dominación de sus semejantes, de las maneras mas variadas, sutiles y drásticas si es necesario, incluso eliminando el verdadero sentido de los valores que estas corrientes enseñan.
También están aquellos que se aíslan y toman una posición exclusivista y por lo mismo excluyente, clasificando a todos y a si mismos, como si en nuestra esencia de humanos, no fuéramos, les guste o no, todos iguales.
Sentir por el solo hecho de tener la capacidad de hacerlo, de manera libre, tal como se nos manifieste, es hoy casi un imposible, nadie se ve reflejado en otro lo suficiente, parece que nos asustamos de nosotros y nuestras capacidades innatas.
Cada vez que el mundo a nuestro alrededor se nos regala sin condición, no lo clasifiquemos, no lo enmarquemos en ningún parámetro, solo dejemos que nos hable y disfrutemos de nuestra esencia mas pura que es la misma de el, pues hay una sola ley ineludible, somos parte de este todo, mas allá de que lo aceptemos o no.
Tal vez esta sea, la única manera de llegar a respondernos porque estamos aquí y hacia dónde vamos.
(*)
La teoría del conocimiento basada en la visión Goetheana del mundo. Rudolf Steiner.

domingo, octubre 30

Ya no se dice HOLA

Imágen residual del ser humano
Se nos olvidó decir Hola, ya no nos "pescamos". Esta simple palabra puede cambiarlo todo en nuestra vida diaria. Parece que no tenemos conciencia, de en que lugar vivimos y cuan afortunados somos. Salimos en la ciudad o en el barrio y siempre tenemos a quien saludar, o sea, no estamos solos en el mundo, somos afortunados, hay miles que no tienen a nadie aunque vivan entre miles. Caminar por la vereda sin el riesgo de un autobomba, es un privilegio que los ciudadanos de muchos lugares no tienen. Ir al supermercado y comprar no solo lo que necesitamos, sino lo que queramos, aún con mucho esfuerzo, es algo que millones no pueden hacer. Decir lo que nos molesta y expresarlo a viva voz en donde queramos, no es algo que los pueblos bajo dictaduras de cualquier índole puedan hacer.
Entonces, ¿por qué nos obnubilamos por cosas sin trascendencia y no valoramos lo que tenemos?.
Vivimos en el continente más joven del mundo, aún con áreas vírgenes, casi sin contaminación, sin guerras ni hambre, con graves problemas claro, pero no como en otras latitudes.
Ser amable y respetuoso con los demás, significa que lo somos con nosotros mismos, muestra que somos equilibrados y estamos seguros de quienes somos y hacia donde vamos, porque la agresividad siempre esconde a un débil.
Que la suerte de tener esta riqueza, no sea un factor de ciega soberbia que nos lleve a la displicente y cobarde actitud de ser prepotentes, groseros y abusadores. Eso nos hace más y más débiles cada día.
Ser creativos, actuar dentro del bien pero sin negociarlo, pues el bien es por si mismo, exige y necesita que seamos fuertes. Destruir, ensuciar, degradar es muy fácil, no requiere de ningún esfuerzo, lo puede hacer hasta una rata de alcantarilla. ¿Acaso somos eso?, pobres ratas de alcantarilla. Empecemos a decir hola con lo mejor de nosotros y la respuesta siempre será una mejor actitud en los demás, y una gran fortaleza en nosotros.
Esta actitud es la FUERZA de UNO, un interesante comienzo para aprender a reconocernos en los demás.-

Oculto en Viernes

¡¡¡ Es viernes, último día de la semana!!! Pasará rápido el día, pero a medida que avanza se hace lento. Parece que todos están igual de deseosos por terminar sus quehaceres, que lleguen las 6 de la tarde y a disfrutar de un fin de semana, pero nos vamos poniendo barreras los unos a los otros y terminamos haciéndonos las cosas más difíciles. Son las dos de la tarde, faltan algunas horas para terminar el día de trabajo y ya me he dado por vencido, dejó de ser especial el viernes solo es un día mas. Me sumerjo en todo lo inherente al trabajo y eso llena mis pensamientos. Por inercia subo al vagón del Metro atestado de público, los estudiantes bulliciosos hacen mas alegre el ambiente adulto tan lleno de severidad y cansancio. Me hacen recordar por un instante, días jóvenes, plenos de ideas frescas, sueños por plasmar y sentimientos por vivir.
Miro el reloj, el zumbido de las puertas me indica que ya han pasado dos estaciones y que voy a tiempo para la reunión. Una pareja de adolescentes se miran a los ojos y se prometen sin hablar. Un aroma femenino emana desde la puerta cercana, muy sutil, casi imperceptible.
Entre la reunión y sus bemoles, la veo, es la dueña de ese perfume, lleva un libro bajo el brazo, un echarpe sobre los hombros y su cabello ensortijado cae en cascadas sobre su espalda. Se mueve ágil y grácil para contrarrestar el vaivén del vagón. Los jeans delinean su figura, destacándola (para mi) entre todos los demás. Sus ojos claros, grandes, profundos y expresivos pasan sobre mí, no me ve, y vuelve la mirada a las páginas de su libro. Absorta en su lectura, a veces esboza una sonrisa luminosa.
La miro desde lejos y todo al rededor ha desaparecido, el bullicio, los pasajeros, mi ropa formal todo se desvaneció, me he trasladado a otro tiempo mas límpido, más lleno de vida. El sonido de las puertas me trae de regreso, debo hacer trasbordo pero no quiero. Mi mayor deseo es seguir, acercarme, sonreírle agradecido, por traer a mi mejor yo de regreso, mostrarle cuanto bien y belleza es capaz de transmitir y así ganarme su sonrisa. Mi celular repica insistente, miro al piso y salgo como autómata, ella también baja, me roza al pasar pidiéndome disculpas cuando delinea una sonrisa, y nos abrimos paso por entre el tumulto. El celular vuelve a repicar, intento contestar subiendo las escaleras de trasbordo, siento una mirada potente desde lo alto, respondo la llamada - me esperan para la reunión - ojalá que ella no haya seguido hacia la salida - respondo que ya estoy por llegar - miro hacia lo alto, ella ya está en la salida.
Todo vuelve a ser “agobiantemente normal". Por esos escasos minutos salió mi yo más integro, más puro y quedó indefenso sin ella, entonces hice lo que todos, lo volví a recluir muy adentro, hundiéndolo dentro de mi y tapándolo con todos los detalles que tiene la vida "de pies bien puestos en la tierra".
Pero este yo, por muy indefenso que parezca, no es menos fuerte, y a veces, aflora y me lleva a los mundos reales haciendo que la cotidianeidad sea menos áspera. Se parece a la lluvia que baña la calle y los árboles limpiando el aire, que de nuevo me trae el aroma de ese perfume que ya es solo un recuerdo, que se aleja raudo y no lo puedo retener.- Las sensaciones urbanas también tienen una chispa de magia.

Desde adentro

Ideas de Uno es eso, una idea, un sentimiento, a veces un sueño que emerge de tanto en tanto, o simplemente nace de lo mas adentro por efecto de algo o alguien que lo incentiva a salir, muchas de las veces sin que nosotros mismos queramos o nos demos cuenta. El susto, detrás de la negación y la etiqueta de sueños o ingenuidad, es producto del contacto que tenemos con nuestro ser mas puro, nuestro yo primigéneo, que no porque lo tapemos, está ahí y en algún minuto mas temprano que tarde, nos hará visualizar el mundo real y no este, lleno de superficialidad,indulgencia y agresividad, que nos hace creer que somos más fuertes cuando en realidad, somos cada día mas débiles y menos libres. La gran esperanza de ser libres es ¨la fuerza de uno¨, alimentada por nuestras ideas que llamamos sueños.
Santiago de Chile me apura pero no lo escucho.