jueves, noviembre 27

AMISTAD (Me quedé colgado en las alturas, Feliz)

Imagen del sitio público:
La amistad, se ha expresado a través del tiempo, de mil maneras ya sea en la cotidianeidad de la vida compartida con quienes sentimos como nuestros amigos, en las artes o cuando aflora en alguna circunstancia especial lo mejor que tenemos dentro nuestro.
Este vínculo tan fuerte, nace de una manera especial y misteriosa. Hay amigos que no se ven pero se sabe que ahí están, no hablamos mucho con ellos y cada vez que lo hacemos es como si no hubiera pasado el tiempo. Este vínculo nos hace aflorar el afecto, la lealtad, el respeto a la individualidad del otro y la entrega total y fraternal por quienes consideramos y sentimos amigos. No confundamos esto con aquellos buenos conocidos que comparten nuestro trabajo, nuestra clase o nuestro entorno común y rutinario.
Sin duda, los amigos son un regalo de DIOS, son la familia que nosotros escogemos, son el tesoro que a veces no valoramos lo suficiente y permitimos que nuestro entorno nos obnubile dejando de lado el compartir momentos, minutos y tiempos con esa parte vital de nuestra vida humana y espiritual.
El verdadero valor de la amistad gravita en abrirse de verdad hacia el otro, intentar comprenderlo, conocerlo a fondo y la base para ello es conocerse uno a si mismo, entregar tal cual uno es, los sentimientos, sin imponerse, tener la capacidad de escuchar mas que de hablar, ser honesto en las ideas y los afectos expresados y jamás dejar de lado la solidaridad y el apoyo incondicional, porque antes que todo si eres leal a ti mismo lo eres con tus amigos y el recíproco sentimiento hará que aflore el mutuo apoyo por el resto de tu vida, aunque estés muy lejos o no te veas mucho. Cuando esto sucede estás frente a una sólida amistad.
Es necesario no olvidar que la solidez de una amistad se muestra en momentos como: cuando a los amigos no los llamamos, llegan solos, cuando tienen la paciencia de escucharnos, cuando tienen la constancia de apoyarnos a veces sin nosotros saber el sacrificio que hacen para hacerlo, cuando nos perdonan sin dejar de corregirnos para enaltecernos y no disminuirnos, cuando su deseo mas profundo es incitarnos a ser mejores para merecernos bilateralmente el uno al otro, cuando nuestras almas y corazón se muestran desnudos, sin caras ni poses, explícitos y por lo mismo puros.
Ayer y hoy he hablado con dos grandes amigos, uno que lo es desde la adolescencia, es decir, mi amigo-hermano y otra entrañable amiga que lo es desde hace mucho tiempo, pero que no nos hemos visto mucho. Con mi amigo-hermano, fue como estar hablando con el en frente, lo podía percibir perfectamente, y disfrutamos de una charla como en los tiempos en que compartíamos a diario.
Con mi amiga se borraron los años que no nos veíamos, era como decir, ayer te dije esto o aquello y continuar sintiéndose cercanos, cómplices de ideas y sentires, el tiempo no existió. Después de esta experiencia me di cuenta que a veces nos quedamos “colgados en las alturas” (como dice Serrat) distraídos en cualquier cosa, solo que esta vez estaba con los pies en la tierra, palpando lo trascendente e importante de la vida y feliz, feliz de tener este gran tesoro LOS AMIGOS.-