martes, septiembre 25

La Fuente (de la vida)

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¿Como definir la genialidad? Así de difícil es poder definir esta película de Darren Aronofsky (Réquiem para un sueño y Pi), claro desde un punto de vista racional (para los efectos, material), olvidándonos de lo esencial, eso que nos hace sentir, vibrar y emocionarnos, lo espiritual. Desde esta óptica nos encontramos frente a un poema fílmico, con belleza de imágenes, gran fondo musical (Clint Mansell) y un mensaje claro y lleno de VIDA, así con letras mayúsculas, como lo es la vida en sí.
No sé si Aronofsky, y eso me gusta, pensó en llegar a la genialidad para los críticos especializados, lograr un exitazo de taquilla para los productores o hacer una película de culto para los cinéfilos.
El vierte en este trabajo su sentir, su visión y lo más importante, se atrevió a dejar de lado los convencionalismos imperantes en el cine, tales como nuevas versiones de obras maestras, copias humanas de comics, sagas dudosas y cualquier cosa que signifique dólares y beneplácito de la crítica.
De hecho, ya en sus películas anteriores se pueden visualizar las ganas de innovar, crear y de hacer cine con el alma y para el alma. Tal vez no supere a sus obras anteriores, pero se reconoce una madurez de trabajo en esta obra poética, que, tal vez por su tenue nihilismo no sea del agrado de muchos.
La trama de las historias, entrelazadas con maestría en los saltos de tiempo de las imágenes y muy personalistas en los diálogos, lo que a veces hace que flaquee por lo erráticos, permite de igual manera, palpar la poesía que hay en el camino de la vida, a través de los personajes, excepcionalmente interpretados por un H. Jackman soberbio en su actuación con gran solidez emocional, y Rachel Weisz reflejando una natural belleza que brota desde dentro hacia afuera, llena de un sublime amor espiritual por la vida y que nos lo muestra con sensibilidad creíble y profunda, logrando hacernos entender toda la fortaleza del amor terreno de su personaje, su gran equilibrio emocional, en especial en el diálogo en que recuerda el ejemplo de las semillas y los pájaros sobre la tumba, que es el concepto base de lo que es para su personaje la vida, como a su vez, es la gran lucha interior que tiene el personaje de H. Jackman.
La fuente, no es solo de la vida, sino también de inspiración, para incentivarnos a pensar con el espíritu, evolucionar a partir de nuestra más pura e íntima visión de la vida y amarnos, para poder amar de verdad a los demás y a lo que nos rodea, es decir, la vida misma, en cualquier tiempo o lugar.
La genialidad y belleza de este viaje no nos abandona, a pesar de nosotros mismos, nos hace estar siempre acompañados, amados y nunca debilitados, porque lo que llamamos efímero es lo que da más valor a la vida y fortalece el motor de todo este universo y cualquier otro conocido o por conocer, el amor en su mas pura expresión, el amor per-se.-