domingo, octubre 30

Ya no se dice HOLA

Imágen residual del ser humano
Se nos olvidó decir Hola, ya no nos "pescamos". Esta simple palabra puede cambiarlo todo en nuestra vida diaria. Parece que no tenemos conciencia, de en que lugar vivimos y cuan afortunados somos. Salimos en la ciudad o en el barrio y siempre tenemos a quien saludar, o sea, no estamos solos en el mundo, somos afortunados, hay miles que no tienen a nadie aunque vivan entre miles. Caminar por la vereda sin el riesgo de un autobomba, es un privilegio que los ciudadanos de muchos lugares no tienen. Ir al supermercado y comprar no solo lo que necesitamos, sino lo que queramos, aún con mucho esfuerzo, es algo que millones no pueden hacer. Decir lo que nos molesta y expresarlo a viva voz en donde queramos, no es algo que los pueblos bajo dictaduras de cualquier índole puedan hacer.
Entonces, ¿por qué nos obnubilamos por cosas sin trascendencia y no valoramos lo que tenemos?.
Vivimos en el continente más joven del mundo, aún con áreas vírgenes, casi sin contaminación, sin guerras ni hambre, con graves problemas claro, pero no como en otras latitudes.
Ser amable y respetuoso con los demás, significa que lo somos con nosotros mismos, muestra que somos equilibrados y estamos seguros de quienes somos y hacia donde vamos, porque la agresividad siempre esconde a un débil.
Que la suerte de tener esta riqueza, no sea un factor de ciega soberbia que nos lleve a la displicente y cobarde actitud de ser prepotentes, groseros y abusadores. Eso nos hace más y más débiles cada día.
Ser creativos, actuar dentro del bien pero sin negociarlo, pues el bien es por si mismo, exige y necesita que seamos fuertes. Destruir, ensuciar, degradar es muy fácil, no requiere de ningún esfuerzo, lo puede hacer hasta una rata de alcantarilla. ¿Acaso somos eso?, pobres ratas de alcantarilla. Empecemos a decir hola con lo mejor de nosotros y la respuesta siempre será una mejor actitud en los demás, y una gran fortaleza en nosotros.
Esta actitud es la FUERZA de UNO, un interesante comienzo para aprender a reconocernos en los demás.-

Oculto en Viernes

¡¡¡ Es viernes, último día de la semana!!! Pasará rápido el día, pero a medida que avanza se hace lento. Parece que todos están igual de deseosos por terminar sus quehaceres, que lleguen las 6 de la tarde y a disfrutar de un fin de semana, pero nos vamos poniendo barreras los unos a los otros y terminamos haciéndonos las cosas más difíciles. Son las dos de la tarde, faltan algunas horas para terminar el día de trabajo y ya me he dado por vencido, dejó de ser especial el viernes solo es un día mas. Me sumerjo en todo lo inherente al trabajo y eso llena mis pensamientos. Por inercia subo al vagón del Metro atestado de público, los estudiantes bulliciosos hacen mas alegre el ambiente adulto tan lleno de severidad y cansancio. Me hacen recordar por un instante, días jóvenes, plenos de ideas frescas, sueños por plasmar y sentimientos por vivir.
Miro el reloj, el zumbido de las puertas me indica que ya han pasado dos estaciones y que voy a tiempo para la reunión. Una pareja de adolescentes se miran a los ojos y se prometen sin hablar. Un aroma femenino emana desde la puerta cercana, muy sutil, casi imperceptible.
Entre la reunión y sus bemoles, la veo, es la dueña de ese perfume, lleva un libro bajo el brazo, un echarpe sobre los hombros y su cabello ensortijado cae en cascadas sobre su espalda. Se mueve ágil y grácil para contrarrestar el vaivén del vagón. Los jeans delinean su figura, destacándola (para mi) entre todos los demás. Sus ojos claros, grandes, profundos y expresivos pasan sobre mí, no me ve, y vuelve la mirada a las páginas de su libro. Absorta en su lectura, a veces esboza una sonrisa luminosa.
La miro desde lejos y todo al rededor ha desaparecido, el bullicio, los pasajeros, mi ropa formal todo se desvaneció, me he trasladado a otro tiempo mas límpido, más lleno de vida. El sonido de las puertas me trae de regreso, debo hacer trasbordo pero no quiero. Mi mayor deseo es seguir, acercarme, sonreírle agradecido, por traer a mi mejor yo de regreso, mostrarle cuanto bien y belleza es capaz de transmitir y así ganarme su sonrisa. Mi celular repica insistente, miro al piso y salgo como autómata, ella también baja, me roza al pasar pidiéndome disculpas cuando delinea una sonrisa, y nos abrimos paso por entre el tumulto. El celular vuelve a repicar, intento contestar subiendo las escaleras de trasbordo, siento una mirada potente desde lo alto, respondo la llamada - me esperan para la reunión - ojalá que ella no haya seguido hacia la salida - respondo que ya estoy por llegar - miro hacia lo alto, ella ya está en la salida.
Todo vuelve a ser “agobiantemente normal". Por esos escasos minutos salió mi yo más integro, más puro y quedó indefenso sin ella, entonces hice lo que todos, lo volví a recluir muy adentro, hundiéndolo dentro de mi y tapándolo con todos los detalles que tiene la vida "de pies bien puestos en la tierra".
Pero este yo, por muy indefenso que parezca, no es menos fuerte, y a veces, aflora y me lleva a los mundos reales haciendo que la cotidianeidad sea menos áspera. Se parece a la lluvia que baña la calle y los árboles limpiando el aire, que de nuevo me trae el aroma de ese perfume que ya es solo un recuerdo, que se aleja raudo y no lo puedo retener.- Las sensaciones urbanas también tienen una chispa de magia.

Desde adentro

Ideas de Uno es eso, una idea, un sentimiento, a veces un sueño que emerge de tanto en tanto, o simplemente nace de lo mas adentro por efecto de algo o alguien que lo incentiva a salir, muchas de las veces sin que nosotros mismos queramos o nos demos cuenta. El susto, detrás de la negación y la etiqueta de sueños o ingenuidad, es producto del contacto que tenemos con nuestro ser mas puro, nuestro yo primigéneo, que no porque lo tapemos, está ahí y en algún minuto mas temprano que tarde, nos hará visualizar el mundo real y no este, lleno de superficialidad,indulgencia y agresividad, que nos hace creer que somos más fuertes cuando en realidad, somos cada día mas débiles y menos libres. La gran esperanza de ser libres es ¨la fuerza de uno¨, alimentada por nuestras ideas que llamamos sueños.
Santiago de Chile me apura pero no lo escucho.